[vc_row row_scroll_icon=»no» css=».vc_custom_1582887217661{background-color: #ffffff !important;}»][vc_column][vc_empty_space height=»15px»][vc_single_image image=»6507″ img_size=»large» alignment=»center»][/vc_column][/vc_row][vc_row row_scroll_icon=»no»][vc_column css=».vc_custom_1582891058832{padding-right: 40px !important;background-color: #ffffff !important;}»][vc_column_text css=».vc_custom_1584117064836{padding-right: 20px !important;padding-left: 20px !important;}»]
Querida Lisboa:
Me has dejado completamente enamorada, embrujada, cautivada por tus vistas. Me has conquistado desde cada uno de tus miradores, con cada callejuela y a cada uno de los escalones de tus infinitas escaleras. Te viviría una temporada escribiendo, recorriendo y dejándome inspirar por ti.
[/vc_column_text][vc_empty_space height=»15px»][vc_column_text]
Has sido mi primer viaje en solitario y en todo momento presentía que no iba a estar sola nunca porque ibas a estar esperándome detrás de cada esquina, sorprendiéndome cuando menos me lo esperara con unas panorámicas de infarto.
En ocasiones tu arquitectura me traslada a una ciudad dormitorio veraniega de playa, en otras a ciudad de pescadores o a antiguo imperio. Eres misteriosa y sospecho que a la vez esquiva, sin embargo te has abierto a mí con una facilidad que no creía posible en un viaje tan corto.
Empedrada de los pies a la cabeza y con el castillo siempre presente me recuerdas a Granada con su Alhambra observando la ciudad desde la distancia. Tienes pinta de estar siempre en obras, decadente, en constante movimiento, creciendo. Tienes vida por todas partes y eres cambiante cual adolescente buscando su sitio, su estilo, su esencia.
[/vc_column_text][vc_empty_space height=»15px»][vc_column_text]
Es imposible entender la saudade sin conocerte y ahora que lo he hecho no puedo dejar de pensarte, de sentirte. Escuchar el fado contigo ha sido una experiencia de otro mundo. La magia de sentir que me cantas una historia al oído, a pesar de estar rodeada de gente, me ha llegado al alma.
Hay que perderse para encontrarte y ha sido un placer caminar contigo de la mano, buscarte en cada rincón y hallarte esperándome con una sonrisa. No cambies nunca Lisboa porque eres preciosa tal y como estás.
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row row_scroll_icon=»no» css=».vc_custom_1582896968161{background-color: #f4f3ef !important;}»][vc_column css=».vc_custom_1582891067820{padding-right: 40px !important;}»][vc_empty_space][vc_column_text]
«Siempre la misma pero siempre distinta, ése es su embrujo (…) se reinventa a medida que uno la descubre. Cuando pareces haberla encontrado, se te escapa de las manos, y cuando te rindes, tumbado sobre un banco y decidido a no moverte durante el resto del día, te ofrece la culminación de su seducción: la saudade.»
Guía Trotamundos Portugal
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row row_scroll_icon=»no» css=».vc_custom_1584344154443{background-color: #ffffff !important;}»][vc_column][vc_empty_space][vc_column_text]
Si quieres leer más Cartas abiertas puedes pinchar aquí.
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row]