[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row row_scroll_icon=»no» css=».vc_custom_1582887217661{background-color: #ffffff !important;}»][vc_column][vc_empty_space height=»15px»][vc_single_image image=»7182″ img_size=»large» alignment=»center»][/vc_column][/vc_row][vc_row row_scroll_icon=»no»][vc_column][vc_column_text]
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row row_scroll_icon=»no»][vc_column css=».vc_custom_1582893589816{padding-right: 40px !important;background-color: #ffffff !important;}»][vc_column_text]
Mi querida Puerto Pirámides:
Sos mi lugar en el mundo. Lo confirmé la vez que te visité en el 2013 y mi ser solitario y sin mucha más ambición que la de amanecer rodeada de lo natural, lo recuerda cada vez que puede.
[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]
Acabo de hacer un repaso por aquellas fotos, no quería dejar nada fuera de plano en este momento en que te escribo. Me pregunto cómo estará la lobería, las paredes calizas que se me ocurren bastante más erosionadas después de estos 7 años, a causa del viento y del incesante ir y venir del mar. Pienso en esas pocas calles que te componen y me sonrío al confirmar que realmente estar ahí, es estar viviendo en esa pequeñez de la que somos parte, frente a semejante manifestación de la naturaleza. Quiero tu playa un atardecer de verano y uno de invierno, también. Envuelta en una frazada de pies a cabeza, sentada, quizás leyendo. Seguro de lejos alguien me confundiría con una carpa que quedó montada por ahí.
[/vc_column_text][vc_empty_space][vc_column_text]
A veces, te confieso, le huyo a mi ser solitario, a ese que, quizás, me volvería a llevar hacia vos, y muy posible de manera permanente.
No recuerdo qué diálogos tuvimos en aquel viaje. Hoy, desde esta distancia de varios kilómetros y años, quiero decirte que te extraño. Que necesito embeberme otra vez de este sueño de mar que sos, pero también roca, respeto por la fauna y la flora, contemplación, viento, restinga.
La verdad, ya no sé qué hacer con esto. ¿Acaso uno se va a vivir su vida al que cree “su lugar en el mundo”?
Te quiero,
Vanina
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row row_scroll_icon=»no»][vc_column][vc_column_text]
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row row_scroll_icon=»no» css=».vc_custom_1582893727328{background-color: #e9e9e5 !important;}»][vc_column][vc_empty_space][vc_column_text]
Carta abierta de Vanina Kuszczyc
Instagram: @palabraspoemasyrelatos
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row row_scroll_icon=»no»][vc_column][vc_column_text]
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row row_scroll_icon=»no» css=».vc_custom_1584044566120{background-color: #ffffff !important;}»][vc_column][vc_empty_space][vc_column_text]
Si queréis leer más Cartas abiertas podéis pinchar aquí.
[/vc_column_text][vc_empty_space][/vc_column][/vc_row][vc_row row_scroll_icon=»no»][vc_column][vc_column_text]
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]